Ocupó la asesoría del ámbito Lingüístico de Secundaria del Centro del Profesorado de Sevilla desde el 1 de septiembre de 2000 al 31 de agosto de 2008 y desde el 14 de diciembre de 2010 hasta el 31 de agosto de 2011.
Los recuerdos que tiene de los compañeros y compañeras durante su paso por el centro los recogemos en las siguientes palabras que nos ha hecho llegar:
Aquí se recoge el texto enviado por el asesor:
Gracias – no puede ser otra mi primera palabra – al Centro del Profesorado de Sevilla, a todas y cada una de las personas con las que tuve la suerte de trabajar durante ocho años y medio, y gracias a las personas que han tenido la feliz idea de este reencuentro.
La vida nos ofrece casualidades que al principio parecen fortuitas y luego resultan ser necesarias. Sustituí a Elia Vila Romero en la asesoría de francés cuando se marchó a la Consejería para la aventura del Plan de Fomento del Plurilingüismo. Su estrecha relación con el CEP de Sevilla y su generosidad me permitieron conocer desde los inicios las secciones y los centros bilingües de manera que no podría entender mi trabajo de ahora sin el de entonces.
Apenas un año después se incorporó al CEP Lourdes García Cebrián que me abrió a otro mundo, el de la convivencia. La oportunidad de explorar con avidez ese universo y el de las emociones, y de acompañar a los centros en su búsqueda por mejorar la convivencia fue otro regalo que me ofreció ese tiempo.
Varios años más tarde llegó Mar Gallego Navarro y me entusiasmó con las TIC. Compartimos no sólo mesa sino su inagotable curiosidad por aprender, además de enseñarme qué cosas merecían realmente un clic y qué otras ni siquiera lo resistían.
Podría seguir así con cada una de las personas con las que trabajé en el CEP porque estoy en deuda con todas ellas así que ahora mis gracias tienen que ir obligatoriamente en mayúsculas: GRACIAS.
Sin duda por todo esto siempre recuerdo emocionado el tiempo que pasé en el CEP de Sevilla y no puedo evitar ponerme nervioso cada vez que voy al Pabellón Fujitsu ni que el Salón de Actos me siga impresionando como en la Expo del 92.
Gracias – no puede ser otra mi primera palabra – al Centro del Profesorado de Sevilla, a todas y cada una de las personas con las que tuve la suerte de trabajar durante ocho años y medio, y gracias a las personas que han tenido la feliz idea de este reencuentro.
La vida nos ofrece casualidades que al principio parecen fortuitas y luego resultan ser necesarias. Sustituí a Elia Vila Romero en la asesoría de francés cuando se marchó a la Consejería para la aventura del Plan de Fomento del Plurilingüismo. Su estrecha relación con el CEP de Sevilla y su generosidad me permitieron conocer desde los inicios las secciones y los centros bilingües de manera que no podría entender mi trabajo de ahora sin el de entonces.
Apenas un año después se incorporó al CEP Lourdes García Cebrián que me abrió a otro mundo, el de la convivencia. La oportunidad de explorar con avidez ese universo y el de las emociones, y de acompañar a los centros en su búsqueda por mejorar la convivencia fue otro regalo que me ofreció ese tiempo.
Varios años más tarde llegó Mar Gallego Navarro y me entusiasmó con las TIC. Compartimos no sólo mesa sino su inagotable curiosidad por aprender, además de enseñarme qué cosas merecían realmente un clic y qué otras ni siquiera lo resistían.
Podría seguir así con cada una de las personas con las que trabajé en el CEP porque estoy en deuda con todas ellas así que ahora mis gracias tienen que ir obligatoriamente en mayúsculas: GRACIAS.
Sin duda por todo esto siempre recuerdo emocionado el tiempo que pasé en el CEP de Sevilla y no puedo evitar ponerme nervioso cada vez que voy al Pabellón Fujitsu ni que el Salón de Actos me siga impresionando como en la Expo del 92.
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